12.8.06

El ánfora en la playa

Juan Pablo Valero


De Las Vegas a Miami, se tiene un compás de imágenes en las series derivadas de CSI (Las Vegas), porque se desarrollan en una urbe que hace todo por mostrarse a las cámaras, como una modelo de catálogo, como es el caso de la capital del estado de Florida; mientras que "la capital del juego" trata de venderse de otra manera, con atractivos carteles de neón y tentaciones que, en la mayoría de los casos terminan con bolsillos vacíos y otras con pase directo al "más allá"

Cuando la directiva del canal CBS, vio el tremendo éxito del serial original, se les encomendó a los creadores del show estelar que pusieran al aire otro seriado derivado del programa inicial; este hecho significó una tempestad de dudas entre los realizadores, dudas planteadas porque, en primer lugar si la serie era un fracaso, se podría generar el final de la franquicia y en el otro lado el éxito gigante, que serviría de pie para darle una severa estocada al seriado que marcó el inicio de todo lo que se conoce como CSI.

Una vez superado estos miedos, los productores salieron por lo largo y ancho de los Estados Unidos para conseguir una ciudad que sirviera de escenario para el nuevo proyecto y en Miami encontraron un lugar cosmopolita, repleto de culturas y una geografía generosa para quienes quisieran esconder cadáveres.

Con esto superado se buscó el elenco y la primera persona contratada fue la actriz Emily Proctor, quien interpreta a Calleigh Duquesne, una especialista en balística, quien puede reconocer el calibre de una bala con tan solo ver un pequeño fragmento del proyectil; ella oculta un pasado donde sus padres tienen un rol protagónico.

El segundo en entrar era el detective que haría de líder en este equipo; para ello se buscó un nombre que sonara bien a la audiencia y por eso entró en el staff el actor David Caruso, quien tenía una deuda pendiente con el mismo, cuando cometió uno de los errores más grandes del mundo artístico -según en canal E- al abandonar la serie "NYPD Blue" y al papel del detective Jhon Kelly, mediante el cual ganó un Globo de Oro y un premio Emmy, para hacer una carrera en el cine, que al final quedó en un recuerdo para olvidar.

Por esa razón, no lo pensó dos veces para volver a hacer de detective en la pantalla chica, esta vez bajo el nombre de Horatio Cane, un personaje con la moral a flor de piel, que muchas veces llega a cansar por lo enarbolado de sus principios y criterios a la hora de "combatir el crimen", los cuales recuerdan a los acartonados personajes como el de Bruno Díaz en la serie de Batman de los años 60 o a Cerebro de las serie animada "Pinky y Cerebro".

Su dualidad de amar a las víctimas y de odiar al criminal, hace caer al personaje en situaciones tediosas y son usuales frases como "vas a pagar todos tus crímenes en la cárcel" o cuando le hace exposiciones a los sospechosos de algún homicidio sobre lo que les va a pasar en el interior de los centros penitenciarios, cuando ingresen.

Un sello característico de Horatio Caine, es su pose que imita a un ánfora con los brazos en posición de asas, que dan una composición visual que emite un mensaje a la audiencia que indica que detective está cavilando una situación y en su mente estructurando una frase muy propia de "un paladín de la justicia".

A Adam Rodríguez le toca interpretar a Eric Delko, una reciente incorporación del equipo, especialista en la exploración de canales submarinos, hecho que ha ayudado bastante a la resolución de muchos casos, donde el arma homicida yacía en el fondo de un pantano, dentro de la inmensidad de Miami. Delco fue concebido en Cuba y llegó a los Estados Unidos en el vientre de su madre, cuando escapaba de su nación en las balsas y por eso es un eslabón importante en los criminalistas, porque es un enlace directo con la comunidad isleña que hace vida en esta ciudad tropical.

Completan el equipo Tim Speedle (Rory Cochrane), un especialista en rastros, medio amargado y con poca pericia en el manejo de las armas, lo cual se evidenciará en más de una ocasión durante la serie. También está Alexx Woods (Khandy Alexander), una forense que con la costumbre de hablarle a los cadáveres, con mensajes de cariño orientados a lo que ese muerto pudo ser, de no haber caído víctima de una mano asesina.

En líneas generales, la serie ha logrado su cometido, que es marcar diferencias con la original, para eso se basan en que los detectives de esta serie son policías, mientras que los de Las Vegas son científicos con armas asignadas. Por esta razón se tiene más acción física, aunque en comparación con el equipo de Gil Grissom, la acción emocional y la evolución de los personajes, hasta el momento, deja mucho que desear.

Los efectos especiales son protagonistas y el espectador ha visto aviones y avionetas precipitándose a tierra, hundimientos de barcos, huracanes y una variedad de eventos bien atractivos visualmente; lo que le da pie a criminales más sangrientos, aunque menos inteligentes que los de Las Vegas, porque en lo que fue de las primeras dos temporadas, a Horatio Caine y su equipo, no se le escapó ni uno.

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