Das Parfum
Juan Pablo Valero
Jean-Baptiste Grenouille llegó al mundo en una cama de pescados en descomposición y vísceras de otros animales, en el lugar más oscuro de París, bañado por los albañales del talón de Aquiles de esa civilización, impregnado por la podredumbre humana que infectaba hasta los huesos y bautizado por la desidia de ese purgatorio que escenificó su macabro pesebre.
Desde su arribo al mundo, Jean-Baptiste, tuvo su propia versión del mundo a través de su desarrollado olfato y así fue adentrándose dentro de sus propios corredores que llevaban a su infierno personal y ahí era donde radicaba su poder, una manifestación de voluntad que lo hizo sobrevivir a hechos que acabarían con la existencia de decenas de personas.
Este hombre que emulaba el comportamiento del Ave Fénix, ya que cada vez que la muerte lo encaraba renacía de sus propias miserias y se imponía al hecho de perder su último hálito de ser; parte de esta cualidad radicaba en la obsesión que nació en él, cuando se encontró con el olor sublime de una joven pelirroja en medio de las calles de una París indiferente, de una urbe que mostraba al joven Jean-Baptiste Grenouille una orgía de olores que se cegaron ante el poder de la fragancia de la piel de una mujer con una canastilla de frutas, andando en medio de la pólvora, el fuego y el agua rancia de las calles.
Su transición de atormentado a asesino se dio en ese instante, en el cual decidió darle cuerpo a sus fantasías y poder conquistar la inmortalidad ajena al apresar los olores de cada quien en pequeños frascos y así poder, de alguna manera, triunfar sobre la muerte y construir un monumento a las almas que quedaban sumergidas en esas pequeñas partículas que el futuro aprendiz de perfumista guardaría como un tesoro, como la pieza del rompecabezas que le faltaba a su vida.
"El Perfume" llega a las salas de cine de Venezuela, casi un año después de su estreno en Alemania, país de origen de la cinta, bajo la tutela del director Tom Tykwer, quien tuvo la responsabilidad de conducir los destinos del largometraje más caro de todos los tiempos hechos en la nación germánica.
Este largometraje es una gran trabajo visual y cuenta con actores de renombre como Dustin Hoffman y Alas Rickman, quienes escenifican a importantes personajes para el desarrollo de la trama, la cual ha fascinado a muchas personas, ya que se basa en el Best Seller escrito en 1985 por Patrick Süskind, el cual se ha convertido en una referencia en la literatura casi de inmediato y que ha capturado a miles de lectores a lo largo de todo el globo.
Este largometraje puede resultar diferente al espectador promedio, ya que su concepción visual y narrativa no es igual a los filmes de Hollywood que inundan las salas de cine de los países de América Latina y es por eso que es tan embriagante y poderosa; por esa razón el espectador se queda en silencio, casi hipnotizado por el poder de las imágenes, capturado por la banda sonora de la Orquesta Filarmónica de Berlín y viviendo una experiencia sensorial ya que todo se basa en un sentido excluido de las butacas y de la gran pantalla.
En algún momento Stanley Kubrick dijo que esta historia no podía filmarse nunca, por la gran cantidad de olores y sensaciones que en el libro se representaban; sin embargo, a pesar de la ausencia de olores, Tom Tykwer ha logrado lo impensable a medias y ha conquistado la cima del cine europeo, uno de los más importantes a la hora de hablar de calidad.
La complejidad de la novela hizo muy difícil mostrar a plenitud la obra, aunque el trabajo final es muy bueno, partiendo del hecho de que para muchos mortales esta cinta era sencillamente imposible de hacer en la gran pantalla. Se abusó del recurso del narrador omnisciente y eso le restó velocidad a la cinta, aunque sin él, sería bastante improbable explicar algunas situaciones planteadas en el libro "Das parfum: Dice geschichte eines mörders"
El primer reto que se tuvo fue encontrar al personaje principal. Durante meses se habló que Orlando Bloom podría protagonizar el filme y luego ese rumor se desvaneció como un perfume barato, que no deja rastros al pasar del tiempo. Se hicieron pruebas en varias partes del mundo y cuando el actor Ben Whishaw llegó, se supo que él daría vida a Jean-Baptiste Grenouille.
Este actor, quien a pesar de ser prácticamente un desconocido hizo una gran interpretación y pudo codearse con verdaderos monstruos de la actuación, sin desentonar o bajar la cabeza ante ellos, dio una cara al personaje que muchos imaginaron de cualquier cantidad de maneras.
El director supo aprovechar cada euro de su presupuesto y, a pesar de ser el más caro de su país, no era ni la sombra de lo que se hace en Estados Unidos, por eso dio un perfecto uso a la edición y con ella coordinó las carencias de efectos especiales e invirtió en algunas escenas imprimiéndoles una magia especial, dándole toques de inmortalidad a algunos fotogramas que, posiblemente, cuando pasen los años puedan ser traídos a colación al hablar de momentos magistrales del cine.
Otras de las flaquezas de esta película son los cambios de narración y el paso brusco entre un ambiente casi documentalista sobre la vida de Grenouille para mostrar escenas surrealistas; eso, sin duda, es algo estremecedor en la audiencia la cual se había acostumbrado a deslizar sus pupilas sobre cada fotograma de una manera suave y ordenada para caer de lleno en una especie de montaña rusa donde predominan la fuerza de las imágenes y el poder de lo absurdo.
"El perfume" puede ser autora de un momento bastante peculiar en la historia del cine, porque basándose en imágenes repletas de contrastes entre grises y colores fuertes, tomas de detalle de objetos y una edición sorprendente, hizo posible que más de uno respirara profundo y creara ante sí un imperio de olores que no estaban presentes en la sala, pero que se habían quedado en sus mentes, gracias al poder que estaba presenciando sus ojos.
Esta historia sobre un asesino muestra a un personaje que no cumple con ningún arquetipo, ya que no es el típico héroe, tampoco es un tradicional antagonista, por el contrario, es un ser gris sin olor propio, sin ninguna cualidad que pudiera generar un sentimiento común en el público; el mismo estaba bañado en el vacío, ya que en él no recae ninguna moral o juicio por parte de los realizadores para que, al final, cada quien le diera una visión al personaje central.
"El perfume: la historia de un asesino" es una pequeña muestra del poder, una escenificación de que la determinación es un signo implacable que lleva a quien la posea a puertos nuevos; una llave que se introduce en las rendijas de las cerraduras de puertas que llevan a caminos jamás explorados, a un mundo donde los olores y colores sitúan a cada quien, un espacio donde el bien y el mal confluyen en un mismo cáliz y depende de cada uno que llegue ahí, dejar una huella indeleble, positiva o negativa.
Desde su arribo al mundo, Jean-Baptiste, tuvo su propia versión del mundo a través de su desarrollado olfato y así fue adentrándose dentro de sus propios corredores que llevaban a su infierno personal y ahí era donde radicaba su poder, una manifestación de voluntad que lo hizo sobrevivir a hechos que acabarían con la existencia de decenas de personas.
Este hombre que emulaba el comportamiento del Ave Fénix, ya que cada vez que la muerte lo encaraba renacía de sus propias miserias y se imponía al hecho de perder su último hálito de ser; parte de esta cualidad radicaba en la obsesión que nació en él, cuando se encontró con el olor sublime de una joven pelirroja en medio de las calles de una París indiferente, de una urbe que mostraba al joven Jean-Baptiste Grenouille una orgía de olores que se cegaron ante el poder de la fragancia de la piel de una mujer con una canastilla de frutas, andando en medio de la pólvora, el fuego y el agua rancia de las calles.
Su transición de atormentado a asesino se dio en ese instante, en el cual decidió darle cuerpo a sus fantasías y poder conquistar la inmortalidad ajena al apresar los olores de cada quien en pequeños frascos y así poder, de alguna manera, triunfar sobre la muerte y construir un monumento a las almas que quedaban sumergidas en esas pequeñas partículas que el futuro aprendiz de perfumista guardaría como un tesoro, como la pieza del rompecabezas que le faltaba a su vida.
"El Perfume" llega a las salas de cine de Venezuela, casi un año después de su estreno en Alemania, país de origen de la cinta, bajo la tutela del director Tom Tykwer, quien tuvo la responsabilidad de conducir los destinos del largometraje más caro de todos los tiempos hechos en la nación germánica.
Este largometraje es una gran trabajo visual y cuenta con actores de renombre como Dustin Hoffman y Alas Rickman, quienes escenifican a importantes personajes para el desarrollo de la trama, la cual ha fascinado a muchas personas, ya que se basa en el Best Seller escrito en 1985 por Patrick Süskind, el cual se ha convertido en una referencia en la literatura casi de inmediato y que ha capturado a miles de lectores a lo largo de todo el globo.
Este largometraje puede resultar diferente al espectador promedio, ya que su concepción visual y narrativa no es igual a los filmes de Hollywood que inundan las salas de cine de los países de América Latina y es por eso que es tan embriagante y poderosa; por esa razón el espectador se queda en silencio, casi hipnotizado por el poder de las imágenes, capturado por la banda sonora de la Orquesta Filarmónica de Berlín y viviendo una experiencia sensorial ya que todo se basa en un sentido excluido de las butacas y de la gran pantalla.
En algún momento Stanley Kubrick dijo que esta historia no podía filmarse nunca, por la gran cantidad de olores y sensaciones que en el libro se representaban; sin embargo, a pesar de la ausencia de olores, Tom Tykwer ha logrado lo impensable a medias y ha conquistado la cima del cine europeo, uno de los más importantes a la hora de hablar de calidad.
La complejidad de la novela hizo muy difícil mostrar a plenitud la obra, aunque el trabajo final es muy bueno, partiendo del hecho de que para muchos mortales esta cinta era sencillamente imposible de hacer en la gran pantalla. Se abusó del recurso del narrador omnisciente y eso le restó velocidad a la cinta, aunque sin él, sería bastante improbable explicar algunas situaciones planteadas en el libro "Das parfum: Dice geschichte eines mörders"
El primer reto que se tuvo fue encontrar al personaje principal. Durante meses se habló que Orlando Bloom podría protagonizar el filme y luego ese rumor se desvaneció como un perfume barato, que no deja rastros al pasar del tiempo. Se hicieron pruebas en varias partes del mundo y cuando el actor Ben Whishaw llegó, se supo que él daría vida a Jean-Baptiste Grenouille.
Este actor, quien a pesar de ser prácticamente un desconocido hizo una gran interpretación y pudo codearse con verdaderos monstruos de la actuación, sin desentonar o bajar la cabeza ante ellos, dio una cara al personaje que muchos imaginaron de cualquier cantidad de maneras.
El director supo aprovechar cada euro de su presupuesto y, a pesar de ser el más caro de su país, no era ni la sombra de lo que se hace en Estados Unidos, por eso dio un perfecto uso a la edición y con ella coordinó las carencias de efectos especiales e invirtió en algunas escenas imprimiéndoles una magia especial, dándole toques de inmortalidad a algunos fotogramas que, posiblemente, cuando pasen los años puedan ser traídos a colación al hablar de momentos magistrales del cine.
Otras de las flaquezas de esta película son los cambios de narración y el paso brusco entre un ambiente casi documentalista sobre la vida de Grenouille para mostrar escenas surrealistas; eso, sin duda, es algo estremecedor en la audiencia la cual se había acostumbrado a deslizar sus pupilas sobre cada fotograma de una manera suave y ordenada para caer de lleno en una especie de montaña rusa donde predominan la fuerza de las imágenes y el poder de lo absurdo.
"El perfume" puede ser autora de un momento bastante peculiar en la historia del cine, porque basándose en imágenes repletas de contrastes entre grises y colores fuertes, tomas de detalle de objetos y una edición sorprendente, hizo posible que más de uno respirara profundo y creara ante sí un imperio de olores que no estaban presentes en la sala, pero que se habían quedado en sus mentes, gracias al poder que estaba presenciando sus ojos.
Esta historia sobre un asesino muestra a un personaje que no cumple con ningún arquetipo, ya que no es el típico héroe, tampoco es un tradicional antagonista, por el contrario, es un ser gris sin olor propio, sin ninguna cualidad que pudiera generar un sentimiento común en el público; el mismo estaba bañado en el vacío, ya que en él no recae ninguna moral o juicio por parte de los realizadores para que, al final, cada quien le diera una visión al personaje central.
"El perfume: la historia de un asesino" es una pequeña muestra del poder, una escenificación de que la determinación es un signo implacable que lleva a quien la posea a puertos nuevos; una llave que se introduce en las rendijas de las cerraduras de puertas que llevan a caminos jamás explorados, a un mundo donde los olores y colores sitúan a cada quien, un espacio donde el bien y el mal confluyen en un mismo cáliz y depende de cada uno que llegue ahí, dejar una huella indeleble, positiva o negativa.