26.5.07

La génesis de Hannibal


Juan Pablo Valero
Uno de los asesinos más famosos de la gran pantalla es Hannibal Lecter, quien con su magnética personalidad y la magistral interpretación por parte de Anthony Hopkins quien le dio un rostro a este impactante personaje de ficción creado por Thomas Harris, el cual se ha convertido en un icono en la historia del séptimo arte.
"Hannibal Rising" es una cinta que marca una precuela en la vida del popular asesino caníbal y centra en los años de su infancia, ubicada en lo que años después se llamo "la cortina de hierro" en el fin del conflicto bélico de la segunda guerra mundial, cuando los alemanes eran derrotados por los rusos, cuando estos decidieron conquistar los terrenos perdidos y sembrar la muerte en la capital germana.
En este vistazo a la vida de Hannibal el espectador se encuentra de frente con el impacto de ver al antropófago caracterizado por alguien que no es el actor británico y hecho por un histrión francés llamado Gaspard Ulliel, quien hizo una mala imitación del personaje y se dedicó a copiar su irónica sonrisa e imitar el acento de Hopkins sin éxito convirtiendo el personaje en una caricatura.
En las primeras secuencias se muestran los horrores de la guerra y del error que cometieron los padres de Hannibal de estar en el lugar equivocado en el peor momento y, así, su muerte se convierte en una serie de hechos infortunados que parecen estar ligados a la Ley de Murphy y no al lado oscuro de un hecho de la historia que arrasó con la vida de millones de personas.
Justo aquí comienzan los traumas de Hannibal, quien debe sobrevivir a la pérdida de sus seres queridos en medio de una Lituania convulsionada por las balas y por toda la sangre derramada en esos campos verdes; su carácter es severamente afectado cuando presencia un acto de canibalismo, el cual lo hundió en oscuros laberintos y, al salir de ellos, emergió convertido en una bestia con sed de venganza, dispuesta a devorarse a sus enemigos.
De manera superficial el propio Thomas Harris narra los hechos para el cine y pasa momentos traumáticos de la vida de Hannibal de una manera fugaz, como fue el hecho de sobrevivir al final de la guerra en un orfanato ruso, que irónicamente tomó el castillo de su familia, en donde fue tratado con crueldad, para llegar al encuentro con quien sería su mentora, lady Murasaki, la esposa de su tío.
Lady Murasaki es escenificada por la actriz Gon Li, quien es la única que desarrolla un papel interesante y atractivo para la audiencia y en ella radica parte del destino que se conoce de este asesino en las películas "Dragón Rojo", "El Silencio de los Inocentes" y "Hannibal".
Esta bella mujer oriental le enseña muchas cosas y aquí radica otro problema de la cinta, ya que no explican cómo las mismas formaron parte del presente Hannibal Lecter y caen en el error de convertir al protagonista en un macabro vengador, sin ningún proceso de abdicación ante mal, como un ser sin alma y con la necesidad de matar. Esto es, sin duda, un golpe duro a los seguidores del personaje.
Otra cosa que sorprende es el trabajo del director Peter Webber, quien hizo una hermosa labor con "La Joven del Arete de Perlas" y que, contrario a lo que mucha gente esperó, hizo un trabajo plano, aunque con cierta finura artística en las escenas iniciales, carente poder visual y, sobre todo, una mediocre aportación en materia histriónica.
La historia está repleta de vacíos y presenta personajes sin sentido, como es el caso del inspector que seguía las pistas de crímenes de guerra, quien al final se convirtió en un desperdicio de fotogramas porque no hizo absolutamente nada, a tal punto que, si estuviera ausente del todo en la cinta, nadie se diera cuenta.
Harris con su guión y Webber con la dirección destrozaron la imagen fascinante de uno de los asesinos más terroríficos y encantadores que se han visto en la historia del cine, dejando atrás al genio del mal, para darle paso a un niño que mata por matar y que no le da ningún toque especial a sus actos, simplemente es un autómata programado para matar y para mostrar una sonrisa mórbida cada vez que se le confrontaba y que a la mitad de la película se convertía en un elemento irritante por lo falsa que resulta.
Esta nueva entrega fue un fracaso en taquilla en comparación con sus antecesoras, ya que apenas recaudó unos 30 millones de dólares y, aparte de eso, se ha ganado el rechazo de los seguidores de esta saga, quienes se han sentido defraudados con la triste puesta en escena de este Hannibal juvenil, repleto de dudas y de un incomprensible aburrimiento a la hora de ejecutar sus crímenes.
Es así como en las pantallas venezolanas se tendrá un filme febril con pocas respuestas a los seguidores de Hannibal, que pudo tranquilamente despojarse del ropaje de este personaje y usar cualquier patronímico porque, al final, esta versión pudo ser de cualquier asesino, ya que no es ni el bosquejo de la sombra que proyectó Anthony Hopkins en su momento.
Quien vaya a ver la película no encontrará al galeno desequilibrado, amante de la buena vida y de la fina gastronomía la cual, sumada a ingredientes sacados del cuerpo de sus víctimas, alcanzaba un nivel de sabor óptimo. Ni por accidente se mostrará al educado caballero que engañó al mundo por años y que escapó de todos los peligros de manera ingeniosa.
En esta versión Hannibal se enfrenta a una cofradía de asesinos, quienes en su mayoría son más interesantes que él e irónicamente salió airoso en la mayoría de las ocasiones por la suerte y no por su astucia, hecho que también resulta desagradable, ya que se esperaba mucho más del personaje central.
Algo que al fin de cuentas pueda definir la cinta es la celebre frase de "mucho ruido y pocas nueces", porque lo que debió ser un nuevo altar para el Dr. Lecter se convirtió en el triste epitafio de una franquicia exitosa que cerró el ciclo con un estrepitoso fracaso.

No hay comentarios.: