2.9.06

Daniela en corto

Juan Pablo Valero


Una gota de sudor helado recorre el rostro y un pensamiento de incertidumbre entra en la mente, como si fuera una bala; al frente se muestra el espectro del cambio, quien enseña un camino lleno de porvenires, pero repletos de brumas. Ante cualquier mortal esta imagen representa una serie de cuestionamientos, los cuales serán resueltos con una media vuelta y la acción de esconderse entre lo devastador de lo que no representa ningún riesgo; hecho que se justifica con el axioma del refranero popular que dice "más vale malo conocido, que bueno por conocer" y luego se amordaza la otra premisa del saber colectivo que dice "el que no arriesga, no gana".

Daniela Bascopé pertenece a otro grupo de personas; ella se le plantó al frente al cambio, aquel fantasma sereno, infranqueable, seductor e incuestionable, para decidir transitar su camino en el espinado mundo del cine vernáculo, a pesar de ser una de las actrices jóvenes más reconocida del país. Ella ha ganado una vereda que se despinta en el horizonte y se pierde de vista, porque ya con cuatro cortos en su haber, se ha convertido en una especie de heroína del celuloide "made in Venezuela".

La chispa del cambió de dirección de esta bella actriz y cineasta nacional se dio en el 2001, cuando sintió la necesidad de plasmar una idea que transitaba por las innumerables escaleras de un edificio; dos años después tomó sus pensamientos y los virtió en papel y luego creó imágenes al dirigir, en compañía de sus amigos, "La Carta".

Este corto que marca el inicio de Daniela, hace severas críticas a la hipocresía de la sociedad que se cuela hasta las mesas de familia, donde se ve la doble cara de las personas que llevan el rol de liderazgo en un hogar; de las dualidades en que se mueven las personas que ven en la acera del frente lo que quieren, mientras deben conformarse con algo concebido por alguien ajeno a sus designios; de cómo alguien puede pararse en la cornisa de un edificio y ver cómo su existencia se diluye entre los dedos de sus pies, sin poder hacer mucho, simplemente dejar un mensaje que pueda evitar que su viaje por la tierra se repita en otras pieles y sentimientos.

"Subjetiva" es el segundo paso evolutivo de esta artista y para ello contó con la ayuda de los actores Roque Valero y Rafael Romero, quienes dan vida a un par de personajes que se desdoblan entre la verdad o la ilusión de la mentira. La directora y guionista mezcla con mucho acierto las dimensiones de lo cierto y de lo incierto, creando un corto de grandes proporciones; para muestra está el premio de "Mejor Cortometraje de Ficción" otorgado por Viart.

En su siguiente producción, "La Foto de Gilberto", Daniela Bascopé, da un golpe de timón al tomar la cámara y adentrarse en otros espacios de los laberintos humanos. Se concentra en la ruptura de una relación entre padre e hijo y la coloca en base al idioma portugués, hecho que le brinda una nueva directriz, porque esta lengua se vuelve la idónea para completar el escenario emocional que se desprende de un alejamiento, que no termina de completarse, gracias a la acción de una fotografía.

El cuarto corto es "La Ceguera de los Caminos". Muestra el grado de evolución de la cineasta, quien ahora es una verdadera profesional del séptimo arte, con recursos visuales sumamente espectaculares los cuales sirven de ropaje a una historia ácida, potenciada con la Ley de Murphy y el hecho pretendido de que todo forma parte de un tejido de almas, donde cualquier cosa, por insólita que parezca, puede suceder.

Para esta producción contó con la participación de los actores Miguel Ferrari y Verónica Ortiz, y de colaboradores de varios aspectos técnicos, quienes se lucieron desbordando creatividad.

Para quien esté interesado en ver estos cortos, puede dirigirse a la página http://cortosbascope.blogspot.com, donde podrá encontrar estos extraordinarios fragmentos del cine nacional que merecen ser parte de la videoteca de los recuerdos de los venezolanos, quienes aman al cine y valoran todos los intentos por hacer de este arte en la nación, una gran potencia.

Esta joven talentosa con su incursión al mundo del cine para llevar sus mensajes e ideas, demostró que nunca hay que temerle al cambio, porque el destino siempre queda varios pasos adelante.