3.9.07

Mr. Brooks


Desde las sombras de sus pensamientos emerge el señor Brooks y en total calma lo espera su otro yo bautizado con el nombre de Marshall, quien ya tiene todo planificado para lo que será otra noche repleta de muertes, disparos, sangre y todo un ritual para eliminar las pruebas de esas andanzas bajo la indiferente luz de la luna.
Nadie pudiera ver que detrás de las gafas del señor Brooks hay todo un averno de bolsillo, por el contrario, es el modelo de un empresario exitoso, quien regresa a la comunidad muchos de sus ingresos para tratar de colaborar con todos los que pudieran necesitar una ayuda y por esa cualidad es designado el hombre del año.
En el otro lado de la balanza se encuentra la detective Tracy Atwood, una mujer que lo tiene todo menos lo que más quiere. Ella inicia este largometraje sumida en dos batallas, la primera contra su ex esposo, quien intenta dejarla en la calle en medio de un amargo proceso de divorcio y la otra es su obsesión de encontrar al misterioso asesino que tiene años acabando vidas, sin dejar una sola pista para seguir.
La ecuación sacra y perfecta del señor Brooks y su mitad diabólica, Marshall, se trastoca por un pequeño error que genera un testigo que se hace llamar sencillamente Smith, quien, lejos de llevarle esa información a la policía, decide jugar con fuego al pedirle al despiadado asesino ser parte de su sangriento rompecabezas.
Pero los problemas de este misterioso y dual personaje no terminan con la aparición de este personaje, ya que se percata de que su pequeña hija adolescente es portadora de sus genes homicidas y tendrá que colocar todos estos factores dentro de una balanza y tomar una decisión polémica para salvar a su familia, aunque eso signifique acabar con todo su esquema y poner bajo tierra a su lado oscuro llamado Marshall.
Esta película, que se estrenó en los Estados Unidos el 1 de julio del presente año, cuenta con la dirección de Bruce Evans, un nombre relativamente poco conocido en la Meca del cine, pero que hace un magistral trabajo en la construcción visual y en la redacción del guión de este largometraje, con un personaje central contradictorio ya que contiene en todo momento una característica plural y por eso puede resultar seductor, increíble, apacible, interesante, retorcido, mortal, despiadado y despojado de toda moral al mismo tiempo, sin perder la atención en ningún momento de quienes pudieran ver este filme.
Evans es conocido por su participación en comedias familiares en su rol de guionistas y, de hecho, tiene consigo una nominación a los premios de la academia por su trabajo en "Stand By Me" en 1986 y por eso resulta llamativa la concepción de esta nueva historia, porque se aparta radicalmente del sendero que había construido como profesional del séptimo arte.
La escenificación de Marshall es excelente y el actor que la concibe es sencillamente el ideal, porque se trata de nada más y nada menos que de William Hurt, el mismo histrión que en la edición pasada de los premios de la academia recibió una nominación por tan sólo una participación de menos de 11 minutos en una película de casi dos horas de duración.
De Hurt es la voz que le dice al señor Brooks las cosas que debe hacer y, en el celuloide, a diferencia de otras películas que tocan esta perturbación de la personalidad de un asesino, no son palabras en un tono desagradable que hacen retorcerse al hombre del gatillo en medio de un chiquero; esta vez es una entidad completa que se comunica con su morada humana y, de la manera más sosegada posible, le indica los pasos a seguir y por eso se muestra como un entrañable amigo imaginario con el cual se generan macabros diálogos en los cuales la vida de un desconocido siempre está en juego.
Por su parte, Kevin Costner se sale de los papeles a los que tiene acostumbrados a sus fanáticos y escenifica a un despiadado asesino, un complejo ser que disfruta al accionar un gatillo y ver cómo la vida de otro ser se escapa frente a sus pupilas.
A pesar de que este actor es prácticamente enmarcado en roles benévolos, se luce en la interpretación de este personaje, lográndolo de una manera muy convincente, demostrando que es uno de los grandes actores que existen en la actualidad en Hollywood.
Demi Moore es la encargada de ser la némesis del señor Brooks y su mitad asesina, haciendo un papel quizás irónico, porque puede interpretarse como una burla a su vida ampliamente conocida por los medios de comunicación y quizás haya sido un atractivo a la hora de aceptar ese papel.
Otro rol que pudiera ser contradictorio es el de la actriz Marg Helgenberger, famosa por ser la CSI Catherine Willows, quien en esta oportunidad da vida a Emma Brooks, la esposa del asesino, quien nunca se da cuenta de nada y no se percata de ninguna evidencia que pudiera conducir a la conclusión de que su esposo es alguien que se escurre en la noche para llevar la muerte a domicilio.
Una mención especial merece la joven actriz Danielle Panabaker, quien hace de hija de los Brooks. Tremenda interpretación logró en esta oportunidad y es por ello que no sería extraño concluir que se pudieran ver en un futuro cercano nuevos aciertos actorales de esta novel figura del celuloide.
"Mr. Brooks" representa un claro mensaje sobre una sociedad repleta de caretas, dentro de las cuales se puede esconder una jauría de demonios o una cofradía de ángeles, porque, en casi todas las ocasiones, las apariencias engañan.

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