Maricel y Maribel Polidor dos jóvenes prospectos del cine nacional

Juan Pablo Valero
Ellas forman parte de una casta de jóvenes que no conocen las fronteras y que transitan los caminos que todo el mundo evita, para lograr conquistar el sendero que los llevará a capitalizar su pasión por el cine y que sin duda dentro de poco tiempo, llevarán su talento a la gran pantalla y harán aún más grande el gentilicio venezolano.
Gemelas por nacimiento, este par de hermosas mujeres, son estudiantes de cine en España y están cargadas de sueños, de ganas y de una certeza inconmensurable de que ellas formarán parte de los cambios que el cine nacional merece, porque para nadie es un secreto que nuestro país fue uno de los primeros en el mundo de conocer este arte, hace más de un siglo en el Teatro Baralt en Maracaibo y sin embargo no ha conquistado la cima que se merece.
La sultana del Ávila les marcó el escenario para su nacimiento y desde entonces han derrochado simpatía y han consolidado su particular belleza, que tan sólo en fotografías dan ese aire melancólico y fabuloso de las divas de las primeras décadas del cine, cuando el color era tan sólo un sueño.

Reconocen que sus padres hicieron todo lo posible por darle todo lo que necesitaban y en la dinámica de ese esfuerzo, aprendieron a valerse por si solas, aunque en compañía una de la otra y eso concreto aún más sus lazos, a medida que pasaba el tiempo realizaron muchas actividades en compañía y cuando llegó la adultez comenzaron a experimentar la independencia una de la otra, hecho que lejos de afectarlas, las fortaleció y las hizo evolucionar en una gran fuerza, que sus amistades compara con el imperio de las gemelas Olsen, y que ellas aspiran cumplir dentro del mágico mundo de la gran pantalla.
Para Maricel la pasión por el cine apenas comienza y señala que a las películas criollas le falta estética, historia, personajes y sentimientos, algo que verdaderamente estremezca al espectador, no hay técnica, hay inocencia y mucha pasión, por lo que no hay calidad ni contenido.
Decidió estudiar en España porque su industria es sólida y la técnica de los ibéricos le fascina, al igual que el lenguaje visual, los sound tracks, diálogos, guión, historia, y los personajes, ella quiero vivir esa experiencia académica y trasladarla a la industria del feudo para hacerla florecer como una verdadera poesía.
Por su parte Maribel opina el cine vernáculo anda en plena adolescencia, amerita un foco más claro de lo que se quiere contar, a veces siente que no hay un lenguaje que haga un movimiento sísmico en las viseras del espectador venezolano, en su caso no ha visto ninguna.
Sueña con ver a una pelicula venezolana en el Festival de Cines Cannes y espera que su aporte sea la estetica, el concepto, la historia, el personaje, el sentimiento y sobre todo la técnica que hace falta, la cual califica como la leche, en pasada jornadas, donde brilaba por su ausencia en los anaqueles; por eso hay que buscarla, en su caso, como artistas del cine, y así entender su propio ritmo, sentimiento y poner el fin a la era de la imitación, y comenzar a crear.
Haciendo un flashback, Maricel recuerda como su padre las dormía contando una historia y antes de que el sueño las venciera, en su cabeza se creaban imaginarios fotogramas y en él construían películas sobre lo relatado, un aliciente que las hizo crecer con la necesidad de contar historia y buscar nacimientos visuales.
Para Maricel su vida sería como la película Titanic, romántica y llena de acción, duraría una hora y cuarto y la actriz que podría interpretarla sería Kate Winslet.
Para ellas hablar del grupo musical español La Orena de Van Gogh, es hablar de sentimiento, de grandes canciones, todas potenciales candidatas a ser películas y para Maribel, sería un honor contar con sus músicos para hacer una de las bandas sonoras más increíbles de películas en el idioma de Cervantes.Maribel se muestra abierta con el destino a la hora de buscar denominaciones para ellas como dúo de cineastas, si fuera por ella se harían llamas Las Moros, Las Polidores, Las Muñecas de Trapo, La Nueva Era, Las Hermanitas, Las Maris; en fin abre el abanico de posibilidades para que el universo de las circunstancias tome una carta y les ponga un nombre con la cual pasarán a la eternidad.Para Maribel un infaltable en sus referencias personales es Pedro Almodovar, mientras que para su hermana es Elia K Schnneider a quien le debe las ganas de transitar por los caminos del cine, que en vez de ladrillos amarillos, tiene fragmentos de celuloide, también sube a su ábdice personal a Woody Allen, por su exacta apreciación de contar una historia sencilla y convertirla en una perla.
Maribel y Maricel, son un binomio, que transmite futuro, de esas personas que de las cuales uno se prenda, de las cuales tienen ese aura que indica que su trabajo se quedará en las mentes de la humanidad, sin importar los años que pasan, porque están bendecidas con el don de la creación y tienen esa magia impresa en ellas, que las harán llegar a todas las cimas, y las convertirán en la brecha que dividirá posiblemente al cine en un antes y en un después.