30.12.06

Pisando Fuerte


Juan Pablo Valero
cinemacaleidoscopio@gmail.com


El repunte que tuvieron este año en taquilla los grandes estudios de Hollywood se debió, en parte, a algunos tímidos intentos de salirse de los patrones, pasando de las grandes producciones sobre temas universales a temas ubicados en tendencias de vida de adolescentes y problemas concretos de la juventud.

Jessica Bendinger, quien lograra la gloria con el excelente guión de "Triunfos Robados", debuta como directora en lo que algunos llamaron en un principio "una simple película de adolescentes". Pero ella decidió arriesgarse con un producto de alta factura y con una perfección estética nunca vista para un largometraje programado para este mercado.

La trama comienza con los daños causados por la problemática adolescente Haley Graham (Missy Peregrym) quien, en medio de una sesión de acrobacias en bicicleta, destruye varias partes de una casa en construcción; ante esta violación de la ley, la justicia le ofrece tres opciones: la primera es ir a la academia militar, la segunda es pagar condena en un reformatorio, por tener 17 años de edad, y la tercera, la más temida por ella, regresar a su pasado y volver por un tiempo a una academia de gimnastas.

Jeff Bridges interpreta a Burt Vickerman; un duro entrenador que fue una gloria para ese deporte, pero que, debido a una lesión, se retiró definitivamente de las competencias; ahora, con una academia, trata de redimir su nombre pero, lamentablemente, los tiempos en los que vivió en el mundo y se destacó brillantemente pertenecen a un pasado que lo ha olvidado y lo condena con todo el peso por su fracaso.

Haley se ve cara a cara con varias competidoras en la academia, una de ellas llamada Joanne Charis (Vanessa Lengies), quien trata de hacerle la vida imposible y a pesar de su rol de antagonista, su papel carece de malicia, porque sencillamente es una víctima del sistema (algunos representantes absorbentes sacrifican la infancia de sus representados a cambio de algunas preseas doradas).

La protagonista hace amigas y encausa su rebeldía en torno a un bien común de todas como competidoras y comienza a valorar a su entrenador que, a pesar de sus métodos toscos y peligrosos, la respeta como persona. A partir de este punto comienza lo genial de esta cinta porque se sale de lo que comúnmente se espera y pasa a un plano superior, a una severa crítica a los personajes que conforman el organigrama de la gimnasia americana.

Con más de 40 atletas profesionales actuando en este filme, es difícil no darle crédito a las denuncias que se plantean en esta película, como el exceso y dureza del trabajo en la formación del deportista profesional, de la gran cantidad de competidoras y los pocos cupos que marcan la diferencia entre una campeona y una fracasada; de la presión de los padres y representantes y de la actitud despiadada de los jueces, quienes son presentados de una manera muy inteligente en esta película.

Las secuencias son sencillamente excelentes, con un despliegue visual espectacular, con recursos artísticos en cuanto a los decorados, colores y efectos, que buscan resaltar con éxito la maestría de este deporte.

La novel directora ocupó en su debut los primeros lugares porque lo que logró puede ser considerado, al menos, como la mejor película juvenil del año y una gran alternativa cuando se estrene en las salas de cine venezolano, en las próximas semanas.

El mensaje del filme es fuerte, es un llamado a la superación y a enfrentarse al mundo; un llamado de unión porque en ella está la fuerza, el poder para vencer todas las adversidades. Un recordatorio sobre el hecho de que el individualismo en exceso puede ser fatal y que siempre es bueno contar con una o más manos amigas que te hagan pisar con fuerza el porvenir.

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