28.1.07

Hace 110 años llegó el cine a Venezuela


Juan Pablo Valero

Con un siglo y una década a cuestas, el cine venezolano es uno de los más antiguos de América Latina y el mundo; de hecho se hizo una proyección de una película en territorio nacional tan sólo dos años después de que los inventores del cinematógrafo, los hermanos Lumiere hicieran su primera demostración de esta maravilla, el 22 de marzo de 1895, fecha en la cual fue mostrada en París en una sesión de la Socété d'Encouragement Ö l'Industrie Nacional la conocida La sortie des ouvriers des usines Lumiäre Ö Lyon Monplaisir (Salida de los obreros de la fábrica Lumiäre en Lyon Monplaisir), rodada tres días antes el 19 de marzo de 1895.
El 28 enero de 1897 en el Teatro Baralt de la ciudad de Maracaibo en el Estado Zulia, el visionario Manuel Trujillo Durán fue el artífice que la magia del cine llegará a Venezuela, con las proyecciones de las películas "Un célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa" y "Muchachos bañándose en la laguna de Maracaibo"; dos producciones que quedarán en la historia, por ser la partida de nacimiento de este arte en este país.
110 años han pasado desde este momento y el cine criollo ha sido como un gigante dormido que ha pasado más de un siglo esperando salir de su letargo y en la actualidad se está viendo destello de la genialidad de lo que puede ser una época dorada para los largometrajes hechos a fuerza de pasión vernácula.
Dos cintas han logrado darle un vuelco a la situación; la primera de ellas es "Secuestro Express" que se convirtió en el filme más visto de todos los tiempos en las salas de cine de Venezuela y "Elipsis" que demostró que se puede hacer una producción casi perfecta a nivel técnico, donde todo se escuche y se vea a la perfección.

PRIMEROS PASOS
Luego de su nacimiento oficial el cine venezolano pasó una década de silencio y en 1907 se retomó la producción audiovisual dirigida a mostrar al público los logros de los gobierno de turno y la otra tendencia era grabar fiestas para exhibirlas a los ciudadanos en improvisadas salas de proyección.
En 1916 cuando Enrique Zimmerman realiza la primera película larga de ficción de la cual se tiene registro llamada "La Dama de las Cayenas o Pasión y Muerte de Margarita Gutiérrez". Ocho años después, en 1924, se filma La Trepadora, adaptación de la novela homónima de Rómulo Gallegos.
Cuando se establecieron los cines en Venezuela se dieron acuerdos desfavorables para las películas nacionales y todo el material extranjero cerró todas las plazas, lo que puso en peligro la producción nacional en un momento en el cual no había tomado una estructura sólida a pesar de tener años de ventaja en comparación con los países que para ese momento estaban satisfaciendo las necesidades del público.
Cuando todo marcaba un ritmo oscuro para los largometrajes nacionales que patinaron estrepitosamente al enfrentarse con los productos de Hollywood, Italia y Francia apareció en el panorama la cinta "Taboga" en 1937, la cual fue dirigida por Aníbal Rivero y Carlos Eduardo Ascanio; siendo la primera en tener sonido y por eso lo mejor era tener al maestro Billo Frometa como el responsable de la música.
Grandes valuarte de nuestra literatura se sumaron al cine en la década de los cuarenta, Rómulo Gallegos, escribió el guión de "Juan de la Calle" en 1941 y la misma fue dirigida por Rafael Rivero; Aquiles Nazoa tambiém formó parte de este movimiento, al adaptar un cuento de Guillermo Meneses al celuloide en la recordada cinta "La Balandra Elizabeth llegó esta tarde" en 1949, la cual contó con la dirección del argentino Carlos Hugo Christensen.
Con estas dos producciones el cine nacional estaba comenzando a despertar y abonar terreno para lo que fue su primera época de oro que llegaría pocos años después con producciones plagadas de violencia y drama social, temas que capturaron al cinéfilo venezolano y sin querer marcarían un estigma que hundiría las películas hechas en Venezuela por varias generaciones.

EL RESURGIR
En la década de los 50, nace el concepto del "cine por encargo", en el cual las fuerzas políticas en el mando, pedían a los cineastas nacional crear cintas que mostrarán sus logros de una manera más discreta, con historia ajustadas a sus lineamientos y documentales que profundizaban algunos de sus proyectos.
Margot Benacerraf en 1952 con su documental "Reverón" se alza con el "Oso de Oro" con el Festival de Berlín, hecho que llenó de un segundo aire a los pulmones de esta industria que apenas se estaba levantando de su sueño prolongado.
En esta época el documental "Araya" se monta en el podio de los grandes al compartir la Palma de Oro en 1958 con "Hiroshima Mon Amour" del director de Alain Resnais, figura primordial del figuras de la Nouvelle Vague del cine francés.
"Araya" y "Reverón"de Margot Benacerraf, puso a Venezuela en el mapa del cine mundial y esta gran dama se convirtió en una especie de columna vertebral para este arte al ser una de las fundadoras de la Cinemateca Nacional en 1966 y otras fundaciones que buscaban exaltar el cine nacional.
En 1960 se formula la Política de Sustitución de Importaciones, encargada de introducir a los grupos económicos trasnacionales que posteriormente se encargarían de controlar la importación, distribución y exhibición del material fílmico. Se crea el Grupo Blancica. En 1963, se crea la Cámara de la Industria Cinematográfica Nacional.

BALAS, OPROBIOS Y PECES CON NICOTINA
En 1964 Mauricio Wellerstein con "Crónicas de un Subversivo Latinoamericano" da una campanada al introducir de gran manera la problemática social venezolana y se inicia un movimiento que se convirtió en uno de los más taquilleros de la historia del cine nacional.
Cinco años después es fundado el Centro de Cine Documental de la ULA, y se crea la Asociación de Autores Gráficos; comenzando a crearse la estructura para darle a este arte su lugar adecuado, tanto en la sociedad como en las salas de proyección.
En 1973 Mauricio Wellerstein vuelve a la carga con "Cuando Quiero Llorar no Lloro" de la pluma de Miguel Otero Silva, convirtiéndose en el fenómeno cinematográfico de ese año y abriendo la puerta a lo que estaba por venir. Uno de los mejores momentos de la historia cultural de la nación.
En 1979 se proyecta "Soy un delincuente" de Clemente De la Cerda y "El Pez que Fuma" y "Carmen la que contaba dieciséis años", de Román Chalbaud; cintas que hicieron que la colectividad venezolana se volcará a la sala de cine más cercana para verlas y edificarse como los primeros intentos rentables para un arte acostumbrado a construirlo por amor sin esperar nada a cambio.
Lamentablemente los años siguientes se caracterizaron por repetir las fórmulas exitosas y en poco tiempo se cansó al espectador con cintas repletas de malandros, situaciones dramáticas y excesiva violencia; hecho que estancó al cine y lo fue llevando a uno de sus peores momentos al ser olvidados por quienes años atrás hacían largas colas para ver una producción "made in Venezuela".
En 1983 Chalboud regresa para tratar de salvar la situación con "Cangrejo" protagonizada por Miguel Angel Landa y se da un repunte en las ventas de boletos.
Siguen algunos aciertos como "Macu, la Mujer del Policía" de Solveig Hoogestein y Homicidio Culposo de César Bolívar. En el año 1984, seis películas venezolanas: La graduación de un delincuente, Macho y hembra, Ya-Koo; Oriana, El atentado y Más allá del silencio, se encontrarían entre las diez películas más taquilleras del país de ese año.
Todo esto fue una mejoría instantánea ya que el cine nacional estaba a punto de volver a entrar en un sueño de décadas, mientras las instituciones creadas para su desarrollo comenzaban a cerrar sus santamarías y una tremenda crisis financiera sepultó lo logrado hasta ese momento.

PUNTO DE GIRO
A principio de los 90 se apuestan a nuevas fórmulas y se presentan temáticas más de autor, con planteamientos artísticos, históricos e incluso otros se atrevieron por hacer cosas más sencillas pero divertidas. La taquilla comenzó a darle la bienvenida a lo nacional con éxitos como "Amaneció de Golpe", "Manuela Sanz", "100 Años de Perdón", "Una Vida y Dos Mandados", cintas que se convirtieron en elementos de audiencia en los canales de cable internacionales como FOX, Cinelatino, Multipremier y otros.
También fue importante las películas protagonizadas por los hermanos Servando y Floretino Primera, quienes capturaron a los adolescentes e hicieron posible ver largas colas para ver una película venezolana y con ellas se abrió una nueva al ser quizás una de las primeras en triunfar en este difícil mercado, luego de tímidos intentos como lo fue "La Generación Halley".
"Punto y Raya" de la dupla Schneider-Novoa se convierte en la primera cinta nacional en entrar al formato digital y se alza con más de 27 premios internacionales y en el 2004 se convierte en una de las más exitosas, atrayendo al público a las salas.
Todo lo antes visto se quedó corto en el 2005, cuando se estrenó "Secuestro Express" del director Jonathan Jakubowicz, filme que pasaría a la historia como el más taquillero de todos los tiempos y el primero en ser distribuido por una gran productora transnacional como lo es Miramax, la cual se acertó un tremendo éxito con ella, porque se convirtió en uno de sus productos más rentables,
Ese mismo año se estrenó "El Caracazo" de Román Chalbaud, la cual es la película más cara hecha en Venezuela, dejándo atrás a producciones como Manuela Saenz que tenía esa distinción hasta el momento.
El 29 de septiembre de 2006, se estrena "Elipsis" de Eduardo Arias-Nath, película distribuida por 20th Century Fox y su división latinoamericana, siendo la primera en el formato de cine digital de alta precisión y ser hasta la fecha la película venezolana más perfecta en cuanto a los aspectos técnicos, demostrando que el cine nacional viene mejorado y que ya lo que antes se pensaba que era imposible es hoy en día una realidad.
Este año se viene estrenos como "Al Borde de la Línea" y "Una Abuela Virgen", como los primeros de una serie de largometrajes que se estrenaran en lo que puede ser uno de los años con más estrenos criollos en los 110 años de cine nacional.
La Ley de Cine Venezolano ha sido de gran ayuda para este renacer y de este panorama que se pierde de vista, porque ahora no se ven limites de ninguna naturaleza y no sería iluso pensar ver un largometraje de un cineasta venezolano nominado a un premio de la academia o otra cinta que se convierta en la pionera de un área, porque aún hay muchas barreras que derribar y demasiados espacios por conquistar.

No hay comentarios.: