2.9.05

Colearse como filosofía de vida


Juan Pablo Valero
Colearse como filosofía de vidaPensar en una película exitosa en esta temporada oscura para Hollywood, donde han caído las ventas de boletos en un 10%, en comparación con el año pasado, sería pensar en un filme plagado de efectos especiales y que mantenga la cima en la taquilla por varias semanas. Sin embargo Los Rompebodas, destrozan ese esquema y a pesar de no tener grandes efectos, captó la atención del público.
Luego de varios días escoltando a Charlie y la Fábrica de Chocolate, este filme logró su cometido, por lo interesante de su trama, que se eleva por encima de la condición de película ligera, con la firme intención de "entretener".
Wedding crashers, que es el título en inglés, relata las escandalosas aventuras de dos solteros empedernidos -John (Owen Wilson) y Jeremy (Vince Vaughn)- quienes han dado con la perfecta estrategia para pasarla bien.
Este par con un grupo de identidades falsas e historias inventadas, se dedican a colearse en las bodas y así poder probar los mejores bocados, beber la mejor champgane y por supuesto estar con mujeres hermosas, quienes en medio de una ceremonia religiosa, son asaltadas por sus sentimientos de no "quererse sentir solas".
Este par de amigos, han convertido la manipulación en un arma, y eso los ha llevado a convertirse en leyenda dentro del medio, porque sus andanzas comienzan a ser modelos a seguir por la nueva generación de arroceros, sin embargo en la última temporada de matrimonios, los hechos cambiarán notablemente.
En la boda de la hija de un importante senador norteamericano, interpretado por el siempre funcional Christopher Walken, se encontrarán con la horma de su zapato por así decirlo, un par de encantadoras muchachas, que se escaparan de sus apreciaciones y voltearan las circunstancias a su favor.
Estas señoritas son nada más y nada menos, que las hijas de uno de los hombres más importantes de los Estados Unidos y ante las presiones de las circunstancias, "los invitados", se meten en problemas, que cada vez los obligan a salirse de lo preestablecido por ellos mismo, desatando una serie de elementos muy chistosos, que los irán llevando al sitio donde parte sus aventuras, el altar de una iglesia.
John Beckwith se enamora perdidamente de Claire (Rachel McAdams), una hermosa muchacha con un carácter que exalta constantemente la libertad y una manera de ver la vida algo ácida, y con una personalidad tan autentica, que dejaría prendado fácilmente a cualquier persona del mundo.
John deberá vencer al novio de Claire, un fanfarrón de sociedad, que mira a las mujeres como un objeto y las demás personas como "inferiores" a el y los hechos, porque su red de mentiras, puede atentar contra la amistad que ha construido con la chica de sus sueños.
Por su parte Jeremy Grey, cae en las redes de una astuta jovencita llamada Gloria, quien lo somete a muchas tensiones y al final lo domina a su antojo. El desafortunado personaje intenta huir de su "amada" a toda costa.
Esta película puede catalogarse como una simple comedia romántica, pero afortunadamente David Dobkin, la lleva a otro nivel, llevando a la gran pantalla, elementos interesantes, como es el arte de colarse en fiestas y volverlo una filosofía de vida, cosa que pasa mucho en las sociedad latinoamericanas; por esta razón fácilmente el público venezolano sentirá empatía por esta película que ya está en nuestras carteleras.
Este largometraje tiene el mérito de no ser una adaptación, una secuela, un comic llevado al celuloide, tiene como piedra angular el hecho de tener un guión original, elemento que no ha caracterizado esta temporada de cine en el mundo, y que para muchos entendidos, pudiera ser la causa de la debacle que vive actualmente esta poderosa industria.
Los rompebodas, es una película para reírse sin ningún tipo de censura, una comedia para adultos, pero que puede ser degustada por los más jóvenes. Sin duda una gran opción para ver en esta mes.

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