Ases Calientes
Una pupila clavada en el objetivo mortal, un amor no correspondido a través de un lente asesino, tres desquiciados sin alma que recitan "Mi lucha" de Hitler, de memoria, un agente del FBI con oscuros secretos un sueco que se pierde en las brumas del misterio tres miembros de la ley en búsqueda de un resultado común y caminos dispersos, un matón mimético, un sicario sin huellas digitales, un mafioso caído en desgracia y una decena de armas apuntando a su cabeza. Un juego mortal que atrapará a todos en una emboscada donde combatirán a un enjambre de balas que caerán sobre sus almas.
"Ases Calientes" es una cinta que tiene muchos elementos para pasarla bien en una sala de cine. Tiene consigo un excelente suspenso, buenas secuencias de acción, un humor oscuro, disparos por doquier. Una historia de la mafia y las infaltables intrigas de los cuerpos de seguridad, todos bajo el mítico escenario de Las Vegas.
Todo comienza cuando se esparce el rumor de que el mítico cabecilla de la mafia de Nevada, Primo Sparazza (Joseph Ruskin), ha ofrecido un millón de dólares por la vida y el corazón de Buddy "Ases" Israel (Jeremy Piven), quien está en la última planta de un hotel cercano, esperando el momento para testificar en contra de toda la organización delictiva.
El olor al dinero atrae a la ciudad a una ralea de asesinos tan diversos como sus métodos; un trío de neo nazis, cuya forma de trabajar es asesinar a todo lo que se mueva a su alrededor, sembrando tempestades y muerte a su paso; dos afroamericanas que combinan el enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el accionar de un gatillo a larga distancia; un camaleónico matón que se disfraza hasta llegar a su objetivo; un especialista en torturas, un experto en el manejo de cuchillas que tiene incorporadas a sus mangas, cuyos dedos deformados hace imposible que pueda ser detectado... Todos ellos irán tras el desafortunado hombre y cada uno está dispuesto a eliminar a quien sea, con tal de ganarse el millón de dólares.
Las fuerzas de la ley están encabezadas por uno de los jefes del FBI, Stanley Locke, interpretado por Andy García, quien busca el fin de la mafia en los Estados Unidos y, sin saber, se encontrará con una verdad que lo dejará sin aliento al filo de una carpeta al borde de sus manos; Ray Liotta da vida al agente Carruthers, un veterano funcionario policial que está liderando el operativo para salvar a Buddy de los asesinos. Su compañero es el agente Messner (Ryan Reinolds), un joven recién llegado a las fuerzas de la ley, quien será capaz de desafiar el mando con tal de hacer justicia y conseguir lo que él considera correcto.
Otra de las personas por parte de los organismos de seguridad que decide actuar esa noche es el agente de fianza, Jack Dupree, escenificado por Ben Afleck, quien busca poner tras las rejas a Buddy al incumplir con los términos de su libertad condicional; Dupree contrata a dos policías retirados y recibe ordenes de un abogado que cuando nadie lo ve, le encanta vestirse de mujer y deleitarse al contemplarse.
Todos estos personajes forman parte de un complicado laberinto que, al igual que un juego de cartas, beneficiará a quien tenga la mejor mano y la mejor de las suertes; aunque la muerte es caprichosa y estará siempre rondando sobre las espaldas de cada uno de ellos.
La dirección y el guión fueron responsabilidad de Joe Carnahan, quien cumplió a cabalidad con su rol, ya que le entrega al público una buena película para el puro entretenimiento, cosa que en los últimos años no se ha logrado con regularidad porque los encargados de las producciones de Hollywood han agotado los esquemas y no han podido, ni siquiera en los largometrajes diseñados para convocar al público a las salas de cine, lograr que coman enormes cantidades de cotufas y concretar el hecho de que salgan satisfechos del lugar.
El elenco es de lujo y en él se recrean grandes sorpresas como la de la cantante Alicia Keys, quien da vida a una asesina muy diferente a la imagen conservadora que posee como artista, demostrando que es una actriz en potencia; Jeremy Piven escenifica a un complejo mafioso de poca monta, especialista en ilusiones con cartas y repleto de sombras; Ryan Reynolds está escalando posiciones en el mundo del cine y en esta ocasión cumplió con su responsabilidad al representar el personaje que es el centro de toda la divergencia que reina en la película.
Por su parte, Ben Afleck hace un corto papel y muestra su interés en roles donde sale baleado en extrañas circunstancias, como lo fue en su anterior experiencia en "Hollywoodland". Como casi siempre, Ray Liotta no desentona como líder del escuadrón policial y hace su aporte en medio de un elenco de pesos pesados y de desconocidos talentosos, una mezcla tan interesante como los personajes de la cinta. Por último, Andy García tiene una participación con su versión de agente de FBI que es muy parecida a lo hecho como antagonista en "OceeanÏs Eleven", que curiosamente también tiene como escenario la ciudad de Las Vegas.
Todos los actores fueron preparados y entrenados para que ellos mismos hicieran todo lo que se ve en pantalla, desde hacer trucos complicados con cartas durante un intenso diálogo, maniobrar sierras eléctricas, disparar armas de todos los tamaños, esquivar todos los obstáculos homicidas hasta, algunos, recibir balazos.
Esta cinta tiene una de las mejores secuencias de acción entre las estrenadas en lo que va de año, con aproximadamente 45 minutos repletos de emoción, balas de varios calibres, destrozos a granel, explosiones y peleas. Algo refrescante para los amantes del género, quienes podrán encontrar en "Ases Calientes" 109 minutos de diversión.
"Ases Calientes" es una cinta que tiene muchos elementos para pasarla bien en una sala de cine. Tiene consigo un excelente suspenso, buenas secuencias de acción, un humor oscuro, disparos por doquier. Una historia de la mafia y las infaltables intrigas de los cuerpos de seguridad, todos bajo el mítico escenario de Las Vegas.
Todo comienza cuando se esparce el rumor de que el mítico cabecilla de la mafia de Nevada, Primo Sparazza (Joseph Ruskin), ha ofrecido un millón de dólares por la vida y el corazón de Buddy "Ases" Israel (Jeremy Piven), quien está en la última planta de un hotel cercano, esperando el momento para testificar en contra de toda la organización delictiva.
El olor al dinero atrae a la ciudad a una ralea de asesinos tan diversos como sus métodos; un trío de neo nazis, cuya forma de trabajar es asesinar a todo lo que se mueva a su alrededor, sembrando tempestades y muerte a su paso; dos afroamericanas que combinan el enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el accionar de un gatillo a larga distancia; un camaleónico matón que se disfraza hasta llegar a su objetivo; un especialista en torturas, un experto en el manejo de cuchillas que tiene incorporadas a sus mangas, cuyos dedos deformados hace imposible que pueda ser detectado... Todos ellos irán tras el desafortunado hombre y cada uno está dispuesto a eliminar a quien sea, con tal de ganarse el millón de dólares.
Las fuerzas de la ley están encabezadas por uno de los jefes del FBI, Stanley Locke, interpretado por Andy García, quien busca el fin de la mafia en los Estados Unidos y, sin saber, se encontrará con una verdad que lo dejará sin aliento al filo de una carpeta al borde de sus manos; Ray Liotta da vida al agente Carruthers, un veterano funcionario policial que está liderando el operativo para salvar a Buddy de los asesinos. Su compañero es el agente Messner (Ryan Reinolds), un joven recién llegado a las fuerzas de la ley, quien será capaz de desafiar el mando con tal de hacer justicia y conseguir lo que él considera correcto.
Otra de las personas por parte de los organismos de seguridad que decide actuar esa noche es el agente de fianza, Jack Dupree, escenificado por Ben Afleck, quien busca poner tras las rejas a Buddy al incumplir con los términos de su libertad condicional; Dupree contrata a dos policías retirados y recibe ordenes de un abogado que cuando nadie lo ve, le encanta vestirse de mujer y deleitarse al contemplarse.
Todos estos personajes forman parte de un complicado laberinto que, al igual que un juego de cartas, beneficiará a quien tenga la mejor mano y la mejor de las suertes; aunque la muerte es caprichosa y estará siempre rondando sobre las espaldas de cada uno de ellos.
La dirección y el guión fueron responsabilidad de Joe Carnahan, quien cumplió a cabalidad con su rol, ya que le entrega al público una buena película para el puro entretenimiento, cosa que en los últimos años no se ha logrado con regularidad porque los encargados de las producciones de Hollywood han agotado los esquemas y no han podido, ni siquiera en los largometrajes diseñados para convocar al público a las salas de cine, lograr que coman enormes cantidades de cotufas y concretar el hecho de que salgan satisfechos del lugar.
El elenco es de lujo y en él se recrean grandes sorpresas como la de la cantante Alicia Keys, quien da vida a una asesina muy diferente a la imagen conservadora que posee como artista, demostrando que es una actriz en potencia; Jeremy Piven escenifica a un complejo mafioso de poca monta, especialista en ilusiones con cartas y repleto de sombras; Ryan Reynolds está escalando posiciones en el mundo del cine y en esta ocasión cumplió con su responsabilidad al representar el personaje que es el centro de toda la divergencia que reina en la película.
Por su parte, Ben Afleck hace un corto papel y muestra su interés en roles donde sale baleado en extrañas circunstancias, como lo fue en su anterior experiencia en "Hollywoodland". Como casi siempre, Ray Liotta no desentona como líder del escuadrón policial y hace su aporte en medio de un elenco de pesos pesados y de desconocidos talentosos, una mezcla tan interesante como los personajes de la cinta. Por último, Andy García tiene una participación con su versión de agente de FBI que es muy parecida a lo hecho como antagonista en "OceeanÏs Eleven", que curiosamente también tiene como escenario la ciudad de Las Vegas.
Todos los actores fueron preparados y entrenados para que ellos mismos hicieran todo lo que se ve en pantalla, desde hacer trucos complicados con cartas durante un intenso diálogo, maniobrar sierras eléctricas, disparar armas de todos los tamaños, esquivar todos los obstáculos homicidas hasta, algunos, recibir balazos.
Esta cinta tiene una de las mejores secuencias de acción entre las estrenadas en lo que va de año, con aproximadamente 45 minutos repletos de emoción, balas de varios calibres, destrozos a granel, explosiones y peleas. Algo refrescante para los amantes del género, quienes podrán encontrar en "Ases Calientes" 109 minutos de diversión.
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