Un disco raro pero excepcional

En 1984 se abrió el telón para esta banda de rock de Uruguay, llamada El Cuarteto de Nos, quienes se han destacado por letras innovadoras, rimas agresivas y un atractivo performance, que la elevan a uno de los lugares más interesantes a la hora de hablar del rock hecho en el idioma de Cervantes.

El Cuarteto de Nos es una realidad y una alternativa para quienes quieren escuchar algo nuevo, que le pongan en bandeja plata letras ingeniosas y música cadenciosas que invaden los sentidos.

Su producción más reciente Raro está lleno de canciones inolvidables que sin duda harán empatía con muchas personas que tienen una posición en la vida, diferente al promedio dictado por la pacatería.

La primera canción de este cd se llama Nada es Gratis en la Vida, que es una oda a la desconfianza al dicho que a caballo regalado no se le mira el colmillo, porque todo tiene una acción y una reacción, y que muchas veces, por incautos, muchos se dan cuenta que lo barato sale caro.

Hoy estoy raro, que a medias le da nombre al disco, narra las desventuras de una persona que desde sus inicios portaba un infierno bordado a los pantalones, un retrato de esas personas que nacen con el pie izquierdo y con un trasero especializado en recibir patadas con un talante derecha. Con una rima y una equilibrada ejecución musical, es una canción para tenerle en cuenta.

Así soy yo es el himno de lo que se conoce como “los ni ni”, los que no prueban el calor ni se emborrachan con el frío, los que conforman en sí mismo una frontera, pues siempre andan en conflictos de esta naturaleza de pertenecer o no a un lado. Sin duda una canción divertida con un análisis social de los desparpajos en que se ha convertido muchos, una canción con doble filo, que tiene más contenido de lo que parece. El final de la misma canción trae una pequeña sorpresa.

Yendo a la casa de Damián, en Venezuela, se ha convertido en todo un éxito, que suena a cada momento en las emisoras radiales y que ha enriquecido la jerga de muchas personas que aprendieron muchas palabras con esta canción. Se puede decir que la misma es una de las más innovadoras de todos los tiempos en América Latina, pues hacía tiempo que no se presentaba una propuesta tan creativa en escena, con un manejo tan acertado de las nuevos conceptos que la tecnología ha llevado a nuestro poder comunicativo.

Papito por su parte es una muestra de lo que puede dejar en una persona años de jornadas de trabajo, de la inconformidad que cobra forma de mueble, de esos para los cuales lo mejor es que el poseedor de estos pensamientos se acostará a lo largo y ancho, para echarse, mostrar la barriga, colocar la bebida sobre ella y dejarse seducir por el zapping.

Ya no sé que hacer conmigo, es una canción más apegada a las raíces de nuestra tierra, habla del ser humano al borde de su existencia, al cuestionamiento de cada elemento que ha sido parte de los días, que luego de acomodarlos como piezas de catálogo a placer, ya se convierte en piedras inamovibles, como tópicos de museo. Habla de los laberintos en que uno mismo se mete, cuyos caminos evolucionan a veredas interminables hacia el borde de una hoz ardiente, hacia la muerte, hacia la nada.

Natural es una canción fuerte, para batir cabeza, con una respuesta para cada cosa en que la dinámica sumerge a los individuos, una larga lista de complementos químicos para hacer cada hecho una realidad, una ironía en que vive muchas personas que se la tiran de vivir sus días con la normalidad de la naturaleza.

Invierno del 92, habla de la disyuntivas y retóricas, que nacen en un autobús, de los criterios que nacen en todas partes y de cómo un compartimiento a media luz de un asiento del colectivo, se convirtió en una guerra de palabras repletas del hielo de un invierno; esta pieza muestra como un estado invernal puede acabar muchas cosas y cómo muchas puertas se abren cuando las cosas van mal, en un tiempo pasado, gélido como el recuerdo.

El Karaoke de mi noviecita es un track que suena a intimidad musicalmente, y en su letra pasa por la historia sonora de un continente dolido de problemáticas, que encontraron en algunos de los mencionados una voz para hacer sentir sus equimosis.

Me hace bien, me hace mal, es una ironía de la dualidad en que se puede someter un alma, donde las cosas que gustan están un lado oscuro, puesto en parte por la sociedad, los estereotipos y el capitalismo. Mientras que las otras cosas que están libres de prejuicios no son tan atractivas.

Pueblo Podrido es una canción para los que nacieron en el lado equivocado del mapa, para quienes están esperando aprender a caminar para huir al lugar, es una reflexión sobre el miedo de quedarse encerrado en una urbe putrefacta en donde uno no encaja y que el nacimiento asignó como maldición, pero con el pasar de las brisas del día el cuerpo se llena del pavor de que esa situación sea irreversible y que al final esa persona se convierta en uno de los viejos del autobús, de los mendigos o de los que fracasaron en el feudo.

Autos nuevos cierra la producción Raro y con su electrizante bajo y ejecución elegante de las guitarras y una acertada baqueta, conforman un perfecto final de esta gran producción, que te deja con ganas de escuchar más, a la espera a que lleguen nuevos automóviles musicales como el del Cuarteto de Nos, que nos muestren nuevos caminos, en los cuales ya este grupo uruguayo marcó la milla.

Roberto y Ricardo Musso, Santiago Tavella y Álvaro Pintos han consolidado luego de más de dos décadas de trabajo, un fenómeno musical de proporciones épicas, que sin duda con el pasar de más tiempo será considerado como un ante y un después, de momento sólo nos queda esperar a que no lleguen a la casa de Damian y en el camino hagan fabulas con sus instrumentos musicales y su ácido ingenio.