El incuestionable poder de la música
La frase que puede definir mejor esta película es la de Martín Lucero quien dijo “En la tierra nada se presta tanto para alegrar al melancólico, para entristecer al alegre, para infundir coraje a los que desesperan, para enorgullecer al humilde y debilitar la envidia y el odio, como la música”.
August Rush es un filme con un mensaje poderoso, que enseña sobre el poder que tiene el creer en algo con fuerza, el conquistar un sueño aferrándonse a la idea de concretarlo en una realidad, un largometraje que nos enseña cuan gigante puede ser la música en la existencia humana.
Este filme es para todos aquellos quienes deseen ver una propuesta positiva que te llene de esperanza y por ello sobresale en esta cartelera tan oscura, donde los finales son devastadores, por eso será cuando se estrene en nuestras carteleras un éxito instantáneo.
Aquí se narra la historia de un niño que luego de estar 11 años en un orfanato, no pierde la esperanza de encontrar a sus padres, quienes no conocen de su existencia, debido a una acción nefasta de un personaje que silenció su romance y lo condenó de momento a constituirse en una maravillosa noche.
Evan desde la ventana de su cuarto puede percibir las notas musicales que lo llaman de lejos y siente la necesidad de tocarlas para poder dejar un claro mensaje, para que sus padres puedan oírlo y reconocerlo entre millones de caras desconocidas y así ser encontrado.
Su punto de origen fue una noche mágica en la cual se encontraron Lyla Novacek (Keri Russel), una afamada concertista que tenía todo un futuro prometedor, pero que deseaba escapar del posesivo padre que buscaba en ella lo mejor en los escenarios, aunque eso significará convertir su vida en una cárcel. El otro personaje de esta unión es Louis Connelly (Jonathan Rhys Meyers), vocalista y guitarrista de una banda de rock, quien al tratar de escapar de sus inconformidades decide refugiarse en la azotea de un edificio, sin saber que la luna bendeciría esa acción con un romance épico, que quedaría inmortalizado en una foto y sería violentamente interrumpido por 11 años.
De esa noche Lyla queda en estado y cuando esta pronta a dar luz, en medio de una discusión con su padre tiene un accidente y el mismo es aprovechado para separarlo de su madre.
Luego de estos hechos, cada uno quedó marcado y decide apartarse de la música, conducir sus vidas hacia otros senderos y convivir con su fantasía herida y el recuerdo de esa noche que los abrumaba cada vez más.
Mientras tanto en la actualidad Evan se escapa del orfanato y llega a la ciudad de Nueva York donde es seducido por la inmensa gama de sonidos que ofrece la capital del mundo, hecho que lo fascina porque que se siente más cerca de su destino.
Pero no todo es color de rosa, pues un personaje copiado al carbón del universo del escritor inglés Charles Dickens, específicamente el de Fagin de su obra Oliver Twist, decide usar el talento de chico para su provecho y tratar de ocultarlo al mundo.
Este personaje llamado Maxwell Wallace, es interpretado por Robín Williams, el carismático líder y propietario de una banda de niños con dotes musicales a quienes explota y los pone a tocar en las calles de la ciudad por dinero, a cambio de comida y techo.
Evan por sugerencia de Maxwell decide cambiarse el nombre a August Rush, como patronímico artístico y para ocultarlo de Richard Jeffries (Terrence Howard) quien como representante del organismo que cuida a los huérfanos trata de hallar al niño desaparecido para regresarlo a su orfanato.
La música es verdaderamente increíble y por eso es un filme como para verlo en salas de cine o en su defecto con un sonido especial en la sala de su casa y así podrá sentir el suspenso de la última hora de la entrega cinematográfica, que lo mantendrá al borde de la silla y que la hará decir cualquier cantidad de frases en busca de una solución a los problemas de Evan y todos los personajes que intervienen en su búsqueda.
Con la majestuosa realización del sonido es inexplicable como esta película no haya sido nominada a los premios de la academia en las categorías de mejor sonido y mejor mezcla de sonido, la única nominación en aspectos sonoros fue la de mejor canción, y si los miembros de la academia hubieran dejado esta categoría por fuera, completaría uno de los mayores descaros de la historia de estos galardones.
En cuanto a la actuación todos, salvo Keri Russel, hacen papeles magistrales, especialmente Freddie Highmore en su escenificación de Evan, quien hace un gran papel. Otro que hace una gran intervención es Robbie Williams, quien hace un papel centrado y no exagerado como muchos pensaban que podría hacerlo, su actuación muestra al público las costuras de su personaje y de todas sus flaquezas como ser humano.
Con August Rush, quien decida verla, encontrará un mensaje placentero para toda la familia, en el cual se encontrará que no hay imposibles, cuando la música y un sueño te guían.
August Rush es un filme con un mensaje poderoso, que enseña sobre el poder que tiene el creer en algo con fuerza, el conquistar un sueño aferrándonse a la idea de concretarlo en una realidad, un largometraje que nos enseña cuan gigante puede ser la música en la existencia humana.
Este filme es para todos aquellos quienes deseen ver una propuesta positiva que te llene de esperanza y por ello sobresale en esta cartelera tan oscura, donde los finales son devastadores, por eso será cuando se estrene en nuestras carteleras un éxito instantáneo.
Aquí se narra la historia de un niño que luego de estar 11 años en un orfanato, no pierde la esperanza de encontrar a sus padres, quienes no conocen de su existencia, debido a una acción nefasta de un personaje que silenció su romance y lo condenó de momento a constituirse en una maravillosa noche.
Evan desde la ventana de su cuarto puede percibir las notas musicales que lo llaman de lejos y siente la necesidad de tocarlas para poder dejar un claro mensaje, para que sus padres puedan oírlo y reconocerlo entre millones de caras desconocidas y así ser encontrado.
Su punto de origen fue una noche mágica en la cual se encontraron Lyla Novacek (Keri Russel), una afamada concertista que tenía todo un futuro prometedor, pero que deseaba escapar del posesivo padre que buscaba en ella lo mejor en los escenarios, aunque eso significará convertir su vida en una cárcel. El otro personaje de esta unión es Louis Connelly (Jonathan Rhys Meyers), vocalista y guitarrista de una banda de rock, quien al tratar de escapar de sus inconformidades decide refugiarse en la azotea de un edificio, sin saber que la luna bendeciría esa acción con un romance épico, que quedaría inmortalizado en una foto y sería violentamente interrumpido por 11 años.
De esa noche Lyla queda en estado y cuando esta pronta a dar luz, en medio de una discusión con su padre tiene un accidente y el mismo es aprovechado para separarlo de su madre.
Luego de estos hechos, cada uno quedó marcado y decide apartarse de la música, conducir sus vidas hacia otros senderos y convivir con su fantasía herida y el recuerdo de esa noche que los abrumaba cada vez más.
Mientras tanto en la actualidad Evan se escapa del orfanato y llega a la ciudad de Nueva York donde es seducido por la inmensa gama de sonidos que ofrece la capital del mundo, hecho que lo fascina porque que se siente más cerca de su destino.
Pero no todo es color de rosa, pues un personaje copiado al carbón del universo del escritor inglés Charles Dickens, específicamente el de Fagin de su obra Oliver Twist, decide usar el talento de chico para su provecho y tratar de ocultarlo al mundo.
Este personaje llamado Maxwell Wallace, es interpretado por Robín Williams, el carismático líder y propietario de una banda de niños con dotes musicales a quienes explota y los pone a tocar en las calles de la ciudad por dinero, a cambio de comida y techo.
Evan por sugerencia de Maxwell decide cambiarse el nombre a August Rush, como patronímico artístico y para ocultarlo de Richard Jeffries (Terrence Howard) quien como representante del organismo que cuida a los huérfanos trata de hallar al niño desaparecido para regresarlo a su orfanato.
La música es verdaderamente increíble y por eso es un filme como para verlo en salas de cine o en su defecto con un sonido especial en la sala de su casa y así podrá sentir el suspenso de la última hora de la entrega cinematográfica, que lo mantendrá al borde de la silla y que la hará decir cualquier cantidad de frases en busca de una solución a los problemas de Evan y todos los personajes que intervienen en su búsqueda.
Con la majestuosa realización del sonido es inexplicable como esta película no haya sido nominada a los premios de la academia en las categorías de mejor sonido y mejor mezcla de sonido, la única nominación en aspectos sonoros fue la de mejor canción, y si los miembros de la academia hubieran dejado esta categoría por fuera, completaría uno de los mayores descaros de la historia de estos galardones.
En cuanto a la actuación todos, salvo Keri Russel, hacen papeles magistrales, especialmente Freddie Highmore en su escenificación de Evan, quien hace un gran papel. Otro que hace una gran intervención es Robbie Williams, quien hace un papel centrado y no exagerado como muchos pensaban que podría hacerlo, su actuación muestra al público las costuras de su personaje y de todas sus flaquezas como ser humano.
Con August Rush, quien decida verla, encontrará un mensaje placentero para toda la familia, en el cual se encontrará que no hay imposibles, cuando la música y un sueño te guían.
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